Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico, liderado por Winston Churchill, llevó a cabo uno de los experimentos más oscuros y letales de la historia en la Isla Gruinard, un pequeño archipiélago al norte de Escocia. Con el objetivo de desarrollar un arma biológica capaz de diezmar al ganado alemán y desatar una crisis alimentaria en el país enemigo, se desencadenó la Operación Vegetariana, un plan que consistía en contaminar con ántrax a los animales y, por ende, a cualquier persona que consumiera su carne.

En 1942, un equipo de científicos y militares británicos fue enviado a Gruinard, una isla deshabitada de apenas dos kilómetros cuadrados. Allí, introdujeron 80 ovejas para realizar pruebas con la letal bacteria del ántrax. En lugar de morir en dos o tres semanas, como se esperaba, los animales perecieron en apenas tres días, revelando la extrema virulencia de la cepa utilizada. Este resultado, sin embargo, tuvo consecuencias desastrosas: no solo murieron las ovejas, sino que el suelo de la isla quedó contaminado y la bacteria se esparció hasta alcanzar zonas de la costa escocesa.

Ante la magnitud del desastre, el gobierno británico decidió clausurar Gruinard en 1944, prohibiendo cualquier acceso a la isla. Durante casi cinco décadas, la isla permaneció bajo cuarentena, alimentando historias de desapariciones, fenómenos paranormales y otras leyendas entre las generaciones locales.

Todo cambió en 1981, cuando un grupo de activistas y científicos autodenominados "Comando Cosecha Oscura" decidió revelar al mundo la verdad sobre Gruinard. Estos activistas se infiltraron en la isla y recolectaron 150 kilos de tierra contaminada, los cuales enviaron a diversos destinos, incluyendo el Centro de Investigación Biológica Militar de Porton Down y la convención anual del Partido Conservador.