El anuncio del cambio de sede de la megacárcel alegró a los habitantes de Archidona, en Napo, luego de meses de resistencia. El Gobierno confirmó que la obra se trasladará a Salinas, en Santa Elena, tras recibir un pedido formal del alcalde de ese cantón. En Archidona, la protesta fue liderada por comuneros, dirigentes y estudiantes, quienes denunciaban que la cárcel afectaría la seguridad local. La decisión fue celebrada con gritos de “¡Sí se pudo!” afuera de la Gobernación de Napo, donde se congregaron los protagonistas de la lucha. Carlos López, presidente de la Asamblea local, agradeció la unión de la comunidad para proteger los derechos de los niños y la Amazonía. Amanda Grefa, alcaldesa de Archidona, advirtió que se mantendrán vigilantes hasta que el cambio quede oficialmente resuelto. La resistencia duró 14 días, en los que se organizaron protestas, atención médica, asesoría jurídica y el apoyo de otras provincias. Los manifestantes también recordaron que la obra estaba valorada en USD 52 millones y su adjudicación ocurrió en pleno conflicto. En julio iniciaron las primeras acciones contra la construcción, que culminaron con el anuncio del cambio el 16 de diciembre. El ministro de Gobierno, José De La Gasca, recibió la petición del alcalde de Salinas, Dennis Córdova, para trasladar la megacárcel. El pedido se basó en los beneficios económicos y sociales que promete una infraestructura penitenciaria en esa localidad. Los habitantes de Archidona consideraron que el cambio es una victoria, pero no bajarán la guardia para defender su territorio. Dirigentes insistieron en que la cárcel vulneraría la tranquilidad de las familias, especialmente de los niños del cantón. El apoyo de otras comunidades y nacionalidades amazónicas fue clave para el éxito de las jornadas de resistencia. Los comuneros reafirmaron su compromiso para velar por proyectos que beneficien a la provincia y sus cantones.