Tener auto ofrece libertad y comodidad, pero también implica un gasto permanente que muchos calculan mal. El costo real incluye combustible, seguro, mantenimiento, repuestos, impuestos y peajes. Planificar cada rubro evita sustos y permite aprovechar mejor la inversión. En Ecuador, el gasto promedio anual de un vehículo liviano va de $1.200 a $2.000. Este rango depende del modelo, el kilometraje y el tipo de uso. El mantenimiento preventivo se lleva cerca del 30% del total. Los imprevistos como llantas, batería o piezas electrónicas pueden sumar hasta un 15% adicional. Los autos nuevos requieren menos reparaciones, pero los servicios en talleres oficiales suelen costar más que en mecánicos independientes. Llevar un registro detallado de gastos ayuda a ordenar el presupuesto anual. Revisar cada componente de forma periódica alarga la vida útil del vehículo. El mantenimiento preventivo incluye cambio de aceite, filtros, frenos y chequeo de neumáticos en tiempo. Un simple ajuste mejora la eficiencia del motor y reduce hasta un 10% el consumo de combustible. Una conducción eficiente que evita acelerones y frenazos baja el gasto de gasolina y protege el motor. La depreciación actúa como gasto invisible en la contabilidad del propietario. En promedio, un vehículo pierde entre 15% y 20% de su valor cada año. Tras cinco años, ese mismo auto podría valer la mitad de su precio inicial. Según datos del sector automotriz de 2024, el 12% del ingreso anual de un conductor promedio en Ecuador se destina al mantenimiento. Tener auto no debe verse únicamente como un gasto si se conocen bien los costos. Cumplir con mantenimientos y conducir con responsabilidad convierte al vehículo en una inversión más segura y eficiente. La clave está en planificar, cuidar y anticipar para que el bolsillo y la seguridad lleguen más lejos en cada viaje.