En la provincia de Orellana, cerca de la frontera con Colombia, se armó una balacera entre militares ecuatorianos y un grupo armado ilegal. La madrugada del 14 de mayo, comandos del Ejército fueron atacados mientras patrullaban una zona de difícil acceso. Los soldados repelieron el ataque y, en medio del fuego cruzado, un presunto guerrillero fue abatido. El hombre portaba un fusil, municiones y equipos de comunicación. Las autoridades creen que sería parte de una estructura irregular colombiana. En la zona se encontraron uniformes camuflados y más armamento escondido. Los militares no resultaron heridos. Este nuevo hecho se suma a otros choques violentos registrados en la frontera norte. Los operativos no se detienen y siguen los patrullajes en selva espesa. El Ejército asegura que no permitirá que grupos armados operen en el país. Las zonas fronterizas están bajo vigilancia permanente. Además, el Gobierno insiste en reforzar la seguridad en puntos críticos. Orellana se ha convertido en una zona caliente por el paso de organizaciones criminales. En el lugar se mueve droga, armas y dinero sucio. La presencia de guerrilleros extranjeros es una preocupación constante. El grupo atacó a los militares sin previo aviso. El combate duró varios minutos, con ráfagas de disparos que retumbaron en la selva. La operación fue parte de un control territorial en la parroquia San José de Guayusa. Los soldados incautaron el armamento y realizaron un barrido en los alrededores. La Fiscalía ya investiga el hecho. El cuerpo del abatido fue llevado a medicina legal. Las autoridades ecuatorianas temen que la violencia aumente. La frontera norte vuelve a estar en alerta máxima.