El gobierno solo sabe hacer marketing


La realidad de millones de ecuatorianos es un país con menos ingresos, más inseguridad y una profunda fragilidad social.
El Gobierno de Daniel Noboa asegura que Ecuador vive “uno de sus mejores momentos económicos”, destacando un crecimiento del 3,9 % en el primer semestre de 2025. Sin embargo, detrás de los discursos y balances oficiales, la realidad que enfrentan las familias y empresas del país es muy distinta. Si bien existen ciertos indicadores positivos, estos no se reflejan en la vida cotidiana de la mayoría de ecuatorianos. A continuación, cinco razones que demuestran que el país no atraviesa una verdadera recuperación, sino que enfrenta graves problemas estructurales.
1. El crecimiento beneficia a pocos
Aunque las exportaciones crecieron un 11 %, la concentración está en grandes empresas exportadoras de camarón, banano y flores. Mientras tanto, el ingreso promedio de los hogares cayó un 3 % en términos reales en el último año (INEC, 2025), y más del 45 % de la población ocupada se mantiene en la informalidad, sin estabilidad ni beneficios sociales.
2. El consumo interno es desigual
El Gobierno presume un aumento del 6,2 % en ventas internas, pero ese dinamismo se explica por grandes cadenas comerciales y sectores urbanos. Según el INEC, el 60 % de los hogares declara que su ingreso mensual no cubre la canasta básica familiar, que en julio de 2025 alcanzó los USD 793, mientras el ingreso promedio apenas bordea los USD 546.
3. Riesgo país y reservas: beneficios limitados
La reducción del riesgo país y el aumento de las reservas internacionales son cifras que tranquilizan a acreedores externos, pero no solucionan la falta de empleo ni el encarecimiento de la vida. La inversión extranjera directa sigue estancada en menos del 1 % del PIB, y los créditos se concentran en grandes compañías, mientras pequeños negocios enfrentan tasas altas y trabas de acceso.
4. Desempleo, pobreza y abandono social
El desempleo abierto subió al 5,2 % en junio de 2025 (BCE), mientras la pobreza afecta al 28,5 % de la población. Más preocupante aún, la desnutrición crónica infantil supera el 20 % y el ausentismo escolar crece en zonas rurales. Estos indicadores muestran un deterioro social que contradice el supuesto “éxito económico”.
5. Inseguridad y deterioro institucional
La expansión de la delincuencia organizada, con récords en extorsión, secuestros y homicidios, se ha convertido en un freno directo para la inversión y la productividad. En el primer semestre de 2025 se registraron más de 4.500 homicidios, un 45 % más que el año anterior. La violencia, sumada a un sistema de salud colapsado, refleja que el bienestar de la ciudadanía está lejos de mejorar.
En conclusión, mientras el Gobierno vende cifras y titulares optimistas, la realidad de millones de ecuatorianos es un país con menos ingresos, más inseguridad y una profunda fragilidad social. Los números pueden servir para el marketing político, pero no cambian el hecho de que Ecuador no está en su mejor momento.
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