La eutanasia vuelve al debate en Ecuador por el sufrimiento de pacientes con enfermedades terminales y por casos como la audiencia de Paola Roldán del 20 de noviembre de 2023. La Corte Constitucional ordena tramitar leyes y el país discute cómo decidir el final de la vida. En esta conversación surge un concepto que muchos pasan por alto: el encarnizamiento terapéutico. Ese término describe cuando un médico prolonga la vida con tratamientos desproporcionados que aumentan el dolor. La jurista Carmen Corral Ponce lo resaltó en su voto salvado en la sentencia que despenalizó la eutanasia. La resolución, según esa mirada, omitió tratar de fondo este límite ético. Rechazar el encarnizamiento implica suspender terapias que ya no ofrecen beneficios reales. Esta decisión no equivale a eutanasia activa ni a dejar morir de forma deliberada. La ética pide evitar la sobreacción médica que alarga una agonía artificial. En ese escenario el deber es cuidar la dignidad, la calidad de vida y el alivio del dolor hasta la muerte natural. Tanto el encarnizamiento como la eutanasia activa contradicen la deontología tradicional del médico. El Código de Ética en Ecuador siempre prioriza la conservación de la vida del paciente. A la vez, su artículo 92 permite rechazar maniobras desproporcionadas cuando chocan con la dignidad humana. La medicina se define por curar, acompañar y promover salud, guía central de la bioética. Por eso equiparar eutanasia con la negativa a tratamientos fútiles es un error conceptual. En la eutanasia se busca terminar la vida, mientras que al evitar el encarnizamiento se evita prolongarla artificialmente. Paul Kalanithi inspira la idea de la “responsabilidad mortal del médico” para escuchar y acompañar con compasión. Esa responsabilidad exige respeto a la vida hasta el final, sin convertir la técnica en indiferencia ante la muerte. Como sociedad toca proteger derechos, evitar la muerte como salida al dolor y rechazar el alargamiento innecesario por miedo a morir. La sedación paliativa, aplicada con criterio de proporcionalidad, aparece como herramienta idónea para aliviar el sufrimiento.