Una noche nefasta para el deporte en Quito. Delincuentes ingresaron al parque La Carolina, llevándose consigo el alma y espíritu de valientes deportistas: sus sillas de ruedas. Estas no eran sillas comunes, sino herramientas modificadas especializadas para jugar básquet.

"Las seguridades fueron violentadas y se llevaron siete de nuestras sillas", lamenta Diego Jaramillo, uno de los deportistas afectados. El hecho no solo deja un vacío material, sino que también hiere la pasión y los sueños de quienes, pese a la adversidad, han encontrado en el deporte una vía de superación.

Este grupo de deportistas, que se reúne religiosamente los jueves y sábados, ha vivido momentos de alegría, competencia y unión. Pero ahora, sienten una sombra de temor por sus pertenencias. Marco Tumbo, otro jugador afectado, expresó su tristeza: "Se llevaron mi ilusión y esfuerzo".

Pese a la adversidad, han solicitado mayor seguridad en la zona deportiva nocturna, una petición que hasta ahora ha caído en oídos sordos. Sin embargo, no se rinden y buscan autogestionar medidas de seguridad para proteger lo que queda.

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