Este lunes 7 de agosto, Guayaquil se despertó con una sorpresa deslizante. Al menos cuatro boas constrictoras decidieron tomarse un día de turismo por distintos puntos de la ciudad y Samborondón. Pero, ¿qué las trajo hasta aquí?

La Policía Ambiental intervino en dos de estos incidentes, rescatando a las serpientes y asegurándose de que estuvieran a salvo. Una boa de 3.5 metros fue hallada en Urdesa Norte, cerca del Bosque Protector Palo Santo. Mientras que otra fue descubierta en un tacho de basura en ciudadela El Paraíso. La noche no dio tregua, y una llamada al ECU 911 alertó sobre otra serpiente en la avenida Samborondón.

Adicionalmente, las redes sociales se hicieron eco del incidente con un vídeo que se viralizó: una serpiente en el frente de un vehículo circulando en avenida Las Américas. Estas apariciones no son nuevas para Guayaquil. Ya en julio, se informó sobre siete boas rondando distintos sectores de la ciudad.

Las razones detrás de estas apariciones están ligadas a la búsqueda de alimento y temperaturas más cálidas. Estos reptiles, no venenosos y solitarios por naturaleza, han buscado la ciudad como refugio ante la humedad y los cambios en el nivel de marea.