En medio de una serie de operativos que han sacudido al sistema judicial ecuatoriano, se ha revelado una red de corrupción sin precedentes. El caso Plaga, el más reciente de una serie de investigaciones emprendidas por la Fiscalía General del Estado, ha expuesto los entramados delictivos que operan en la Función Judicial. Con jueces, abogados, policías y funcionarios del SNAI involucrados, la trama de corrupción ha alcanzado niveles alarmantes.

Lenin Vimos y Hugo Lara emergen como figuras centrales en esta red de corrupción. Vimos, detenido en enero de 2024 junto con su familia, es señalado de recibir fondos desde México para facilitar la liberación de un narcotraficante. Por otro lado, Hugo Lara, relacionado previamente con la liberación cuestionable de Jorge Glas y Daniel Salcedo, ahora es señalado como cabecilla del caso Plaga.

El caso también revela conexiones internacionales, con pagos provenientes de México y una red de comunicaciones cifradas que vinculan a los implicados. Además, se evidencia la relación entre los abogados y los líderes del crimen organizado, con transferencias de dinero sin justificación aparente.

Este escándalo de corrupción judicial ha generado conmoción en la sociedad ecuatoriana, planteando serias interrogantes sobre la integridad del sistema judicial y la necesidad de reformas urgentes para restaurar la confianza en la justicia.