REVOCATORIA DE MANDATO: ¿CÓMO HACERLA?


Un manual dirigido a quien corresponda. Por Miguel Cabrera
La gente dice que es momento de hacer una revocatoria de mandato. Suena bonito, suena democrático, suena como que por fin alguien hará algo. Pero, ¿qué es exactamente una revocatoria de mandato? ¿Cómo se hace? ¿Hay que ir con antorchas a los municipios o basta con firmar unos papelitos? Aquí te lo explicamos sin rodeos.
¿QUÉ ES LA REVOCATORIA DE MANDATO?
Es básicamente un botón de "deshacer" en la política. ¿Elegimos a alguien y resultó ser un desastre? La revocatoria nos permite mandarlo a su casa antes de que termine el periodo para el que fue elegido. Ojo, no es magia: tiene pasos, requisitos y un mar de papeleo.
¿QUIÉN PUEDE PEDIR UNA REVOCATORIA?
Si fuiste de los que se quedó en casa el día de las elecciones, mejor ni te ilusiones: solo los ciudadanos que votaron en la elección del funcionario en cuestión pueden iniciar el trámite. O sea, si no participaste en la elección, tampoco puedes participar en la revocatoria. Así es la vida.
MOTIVOS PARA REVOCAR A UNA AUTORIDAD
No basta con decir "porque no me cae bien" o "porque no me gusta su sombrero". Para pedir una revocatoria se necesitan razones de peso, como:
Incumplimiento del plan de trabajo (o sea, prometió y no cumplió). Pero no hablamos de lo que prometió en campaña sino de lo que prometió en su plan de trabajo inscrito en el CNE.
No respetar la participación ciudadana (si se cree emperador y no escucha a nadie). Claro hay que demostrarlo.
No cumplir sus funciones según la Constitución y la ley (cuando su gestión es un desastre legal). Por ejemplo incumplir ordenanzas, resoluciones dictadas por el Concejo Cantonal, leyes y normas, observaciones de la Contraloría y no cumplir con sentencias.
PASOS PARA HACER UNA REVOCATORIA
Si después de esto aún tienes ganas de intentarlo, aquí viene la parte técnica. Prepárate, porque no es tan fácil como firmar una petición en internet.
1. Presentar la solicitud.
Debes ir al Consejo Nacional Electoral (CNE) con tu cédula y papeleta de votación. Ahí tendrás que llenar un formulario y presentar pruebas de por qué crees que la autoridad merece ser revocada.
2. Esperar la revisión del CNE.
El CNE analizará si tu solicitud tiene sentido o si es solo un berrinche ciudadano. Si todo está en orden, te darán los formularios para recolectar firmas.
3. Recolectar firmas (¡y muchas!)
Aquí viene la parte más complicada. Para que la revocatoria pase a la siguiente fase, necesitas juntar entre el 10% y el 25% del padrón electoral, dependiendo del tamaño de la ciudad. Es decir, miles y miles de firmas. Y no, no se vale llevar firmas falsas porque el CNE las revisa.
4. Validación de firmas.
El CNE se tomará su tiempo para verificar que todas las firmas sean auténticas. Si te faltan firmas o muchas son inválidas, la revocatoria muere aquí.
5. Votación para la revocatoria.
Si logras superar todas estas etapas, se convoca a una votación. La gente decide si el funcionario se queda o se va. Si la mayoría vota a favor de la revocatoria, el funcionario es removido y asume su reemplazo según la ley.
¿Y QUÉ PASA DESPUÉS?
Si la revocatoria tiene éxito, el funcionario se va para su casa y asume quien corresponda. Si falla, la autoridad sigue en el cargo y tú habrás perdido tiempo y energía. Así de simple.
¿ES FÁCIL HACER UNA REVOCATORIA?
No. Lleva tiempo, esfuerzo y mucha paciencia. Pero es un derecho ciudadano y, bien usado, puede ser una herramienta poderosa para mejorar la política. Así que, si realmente crees que es momento de hacer una, ya sabes por dónde empezar.
Ahora, depende de ti. ¿Te animas? 🚀
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