Sorprendentemente, el glaucoma es principalmente asintomático en sus etapas iniciales, lo que dificulta su detección precoz. Esta "visión de túnel" resultante puede alterar significativamente la vida diaria, dificultando actividades cotidianas como caminar sin tropezar.

Existen varios tipos de glaucoma, incluido el primario de ángulo abierto, el más común, que comienza a manifestarse generalmente después de los 40 años. Otros incluyen el glaucoma de ángulo cerrado, el congénito y el de presión normal. Cada tipo presenta desafíos únicos en su tratamiento y manejo.

La prevención y el tratamiento temprano son claves para combatir el glaucoma. La oftalmóloga Wilma Lelis Barboza enfatizó que, aunque no es curable, el tratamiento adecuado puede estabilizar la enfermedad y prevenir una mayor pérdida de visión. Las terapias varían desde el uso de colirios hasta procedimientos quirúrgicos, dependiendo de la etapa y tipo de glaucoma.

Desafortunadamente, muchos pacientes tienden a descuidar su tratamiento debido a la naturaleza insidiosa de la enfermedad. Por ello, la concienciación y educación sobre el glaucoma son fundamentales para mitigar su impacto en la salud visual global.