Antes de que la ciudad despertara por completo, Román Cabascango marcó un hito en la historia de Quito. A las 5:30 de la mañana, se convirtió en el primer ciudadano en cruzar las puertas de la Estación la Pradera del recién inaugurado Metro de Quito. El simbólico corte de cinta no solo abrió las puertas de la estación sino también inauguró una nueva era en el transporte público de la capital ecuatoriana.

En una parada distinta, Gladys Muñoz replicó este acto inaugural, simbolizando un nuevo comienzo para los quiteños. El Metro, una red que se extiende a lo largo de 15 estaciones, promete transformar la movilidad urbana y convertirse en el pulso de la ciudad.

La obra, que ha visto pasar a cinco alcaldes y ha sido objeto de numerosas ceremonias y fotografías, ahora se posiciona como un símbolo de progreso y desarrollo. La actual gestión de Pabel Muñoz anuncia que desde el 1 de diciembre de 2023, el servicio operará 17 horas al día, ofreciendo a los ciudadanos una alternativa de movilidad rápida, segura y eficiente.

El proyecto, que comenzó a gestarse en 2009 con la firma de un acuerdo entre el entonces alcalde Augusto Barrera y la Comunidad de Madrid, representa la construcción más costosa en la historia de Quito, con una inversión de más de $2.000 millones. A casi 13 años de ese acuerdo fundacional, y tras una primera apertura en marzo de 2023 que fue suspendida en mayo, la obra ha superado desafíos y expectativas.

El Metro de Quito es testimonio de la perseverancia y del esfuerzo conjunto de administraciones pasadas y presentes. Es una promesa cumplida a los ciudadanos, una infraestructura que no solo aliviará el tráfico sino que también elevará la calidad de vida en la metrópoli andina. Con cada estación y cada tren, Quito se acerca a su visión de convertirse en una ciudad más conectada y accesible para todos.