Petroecuador encendió las alarmas al declarar en emergencia el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), tras la rotura de una tubería en el kilómetro 179, entre Cuyuja y Papallacta. El problema dejó fuera de operación al oleoducto y obligó a suspender las exportaciones de petróleo hasta que se construya una variante que reemplace el tramo dañado. El gerente de Petroecuador, Leonard Bruns, confirmó que la producción petrolera se desplomó en 115.000 barriles solo entre el 1 y 2 de julio. A pesar del fuerte impacto, aseguró que el abastecimiento de combustibles está garantizado dentro del país. La tubería se rompió en una zona de difícil acceso y hasta el momento el personal técnico no ha logrado llegar para evaluar con precisión el daño. Aunque Bruns insistió en que las válvulas estaban cerradas y el SOTE ya había sido drenado, pobladores del sector denunciaron un posible derrame de crudo. Imágenes y videos se han filtrado desde la zona entre Cuyuja y Papallacta mostrando manchas oscuras cerca de fuentes de agua. Petroecuador señaló que el bombeo estaba detenido desde antes del incidente y que se está trabajando con urgencia para evitar afectaciones mayores. La erosión regresiva de los ríos vuelve a poner en jaque a una de las infraestructuras más importantes del país. Esta no es la primera vez que el SOTE se ve afectado por este fenómeno natural. La construcción de variantes es ahora la prioridad para retomar el flujo de crudo y cumplir con los compromisos internacionales. Mientras tanto, las exportaciones están detenidas, lo que podría golpear las finanzas estatales. Las autoridades llaman a la calma, pero los expertos advierten que el daño al ecosistema podría ser grave si se confirma el derrame. El Ministerio de Ambiente también evalúa activar protocolos de emergencia. El país sigue pendiente de una solución rápida.