La ciudad de Guayaquil ha sido sacudida por un impactante caso de secuestro en el que tres policías en servicio activo están entre los implicados. El hecho ocurrió cuando una familia—padre, madre e hija—fue interceptada y secuestrada por un grupo de delincuentes que utilizó motocicletas con características similares a las de la Policía Nacional. Bajo el pretexto de un falso operativo policial, los secuestradores lograron llevarse a las víctimas, desencadenando un operativo de rescate que terminó con la detención de siete personas.

El comandante general de la Policía Nacional, Víctor Hugo Zárate, explicó en una rueda de prensa que los delincuentes interceptaron el vehículo de la familia en movimiento, haciéndose pasar por policías. Alegaron que el automóvil estaba involucrado en un caso de secuestro y que debían acompañarlos a la Policía Judicial. Una vez en la zona de Nueva Prosperina, los antisociales obligaron a la familia a descender del vehículo. Luego, embarcaron a la madre y a la hija en otro automóvil con rumbo desconocido, mientras que el padre fue abandonado en el lugar, pero no antes de recibir mensajes extorsivos desde un número extranjero. Los secuestradores exigieron un millón de dólares para liberar a su familia.

Tras la denuncia del padre, la Unidad Antisecuestros y Extorsión de la Policía Nacional activó un operativo que resultó en la localización y rescate de las dos víctimas en un inmueble del Bloque 6, en Flor de Bastión. Durante la operación, siete individuos fueron arrestados, entre ellos tres policías en servicio activo: un subteniente con dos años de servicio y dos cabos con entre seis y ocho años de antigüedad.

Lo más alarmante es que las investigaciones revelaron que estos policías detenidos estarían vinculados al grupo terrorista conocido como Los Tiguerones, lo que agrava aún más la situación. En los allanamientos realizados en diferentes puntos de Nueva Prosperina, se decomisaron tres armas de fuego pertenecientes a la Policía, dos vehículos, dos motocicletas, 13 celulares y prendas policiales utilizadas para cometer el secuestro.

Este caso ha generado gran preocupación y repudio en la sociedad, ya que involucra a servidores públicos que, en lugar de proteger a los ciudadanos, se valieron de su posición para cometer actos criminales. Las autoridades han asegurado que se llevará a cabo una investigación exhaustiva para sancionar a los responsables y evitar que este tipo de crímenes se repitan. Mientras tanto, la familia afectada se recupera del traumático incidente, agradeciendo a las autoridades por su pronta intervención.