En un dramático evento que capturó la atención nacional e internacional, el expresidente Donald Trump fue el objetivo de un intento de asesinato durante un mitin en Butler, Pensilvania. Apenas diez minutos después de haber comenzado su discurso, sonaron disparos, provocando una rápida intervención del Servicio Secreto, que logró evacuar a Trump del escenario con rastros de sangre en la oreja y parte de la cara.

El incidente resultó en la muerte de dos personas, incluyendo al tirador, quien fue abatido por el Servicio Secreto en el acto. La rápida acción de los agentes evitó que la situación escalara a un desenlace aún más trágico. El expresidente fue trasladado de inmediato a una instalación médica local, donde su equipo confirmó que se encontraba bien y fuera de peligro.

El fiscal del condado de Butler, Richard Goldinger, confirmó que se están llevando a cabo investigaciones para esclarecer los detalles del incidente, mientras que el Servicio Secreto también ha iniciado su propia investigación. El tiroteo ha sido ampliamente condenado por figuras de ambos partidos políticos. El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, expresó su consternación y llamó a la unidad contra la violencia en la política.

Marjorie Taylor Greene, legisladora y firme aliada de Trump, expresó su indignación en su cuenta de X, enfatizando la gravedad del intento de asesinato y la necesidad de reforzar la seguridad en eventos públicos.

Este evento ocurrió justo antes de la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, donde Trump esperaba confirmar su nominación para las elecciones presidenciales de noviembre de 2024. La seguridad y la violencia política están ahora en el centro del debate nacional, con llamados a una revisión exhaustiva de las medidas de protección para figuras públicas.