El banano ecuatoriano vuelve a ser noticia, pero esta vez, no por sus propiedades nutritivas. La Policía Nacional anunció el lunes 4 de septiembre la incautación de 1.2 toneladas de cocaína escondidas astutamente entre cargamentos de este fruto destinados a Alemania.

Las autoridades hallaron la droga meticulosamente distribuida en 31 maletas de color negro dentro de un contenedor en el puerto marítimo de Guayaquil. Esta acción, parte de la operación Atardecer, ha impedido que aproximadamente 12 millones de dosis aterricen en manos de consumidores en Europa.

Lo intrigante es la repetición del patrón. No es la primera vez que los contenedores bananeros se convierten en vehículos de contrabando. Recientes incautaciones confirman que el narcotráfico sigue utilizando esta técnica para camuflar sus envíos. Pablo Ramírez, líder de la Dirección de Antinarcóticos, reveló que el banano es, lamentablemente, el producto estrella de las mafias para enviar drogas a Europa.

Las alarmas continúan encendiéndose, especialmente después de los significativos decomisos de cocaína realizados el pasado agosto en Rotterdam y España. Sin duda, Ecuador y sus autoridades deben enfrentar este desafío que mancha la imagen del principal producto de exportación del país.