¡Alcalde Aquiles Álvarez le cierra la puerta al Gobierno!


El alcalde Aquiles Álvarez deja claro que las tensiones con el Gobierno impiden su participación en las festividades
Guayaquil se prepara para conmemorar los 204 años de su independencia este 9 de octubre, pero este año las festividades estarán marcadas por una polémica decisión del alcalde Aquiles Álvarez. El burgomaestre ha confirmado que las autoridades del Gobierno nacional no estarán invitadas a la sesión solemne que la ciudad organiza cada año para celebrar este importante acontecimiento.
Durante una rueda de prensa ofrecida este miércoles, Álvarez explicó que esta decisión obedece a las tensas relaciones que mantiene con el Gobierno. "Las autoridades nacionales no están invitadas, son públicas y notorias las relaciones que tenemos (...), me persiguen, mi negocio que me da de comer está cerrado", expresó con firmeza. El alcalde se ha mostrado en varias ocasiones crítico del manejo gubernamental, y esta vez, la controversia parece haber escalado a las festividades más representativas de la ciudad.
El anuncio ha generado revuelo entre los guayaquileños, quienes se preguntan cómo afectará esta situación las celebraciones. Sin embargo, Álvarez ha sido claro: los eventos seguirán adelante sin problemas. Aseguró que los apagones que han afectado otras actividades en la ciudad no serán un obstáculo para las festividades por la independencia. "Guayaquil tiene sus actividades, celebrando con mesura, controlando gastos", comentó el alcalde, destacando que la Dirección de Turismo sigue trabajando en proyectos importantes para la ciudad.
El alcalde también aprovechó la ocasión para enviar un mensaje de ánimo a la ciudadanía. "A pesar de todos los problemas, debemos disfrutar de Guayaquil. No podemos caer en la tristeza", señaló, instando a los guayaquileños a celebrar con orgullo y alegría. La ciudad ha sufrido varios inconvenientes en los últimos meses, pero Álvarez quiere que las festividades de octubre sirvan como un momento de unión y celebración.
Este anuncio de exclusión, sin embargo, ha avivado las críticas sobre el distanciamiento entre el gobierno local y el nacional, una tensión que ha venido creciendo en los últimos meses. Muchos se preguntan si la decisión de Álvarez podría influir en futuras colaboraciones entre ambas entidades, especialmente en momentos en que Guayaquil necesita apoyo para enfrentar desafíos como la inseguridad y la falta de servicios básicos.
A pesar de las tensiones, las festividades avanzarán y Guayaquil se prepara para recibir una serie de eventos que conmemoran la independencia, manteniendo la tradición viva y celebrando con su gente, aunque con menos invitados de lo habitual.