En las zonas rurales de Tungurahua, la salud del ganado está recibiendo atención de primera. El Gobierno Provincial, bajo los Planes de Manejo de Páramo, impulsa controles sanitarios y chequeos preventivos en las vaquerías. Con la ayuda de veterinarios, las vacas ahora reciben vacunas, desparasitación, control de calidad del agua y alimentación adecuada. “La clave está en anticiparse”, dicen los técnicos que lideran las jornadas. El objetivo es claro: evitar enfermedades, mejorar la calidad de la leche y reducir los costos para los productores. Los pequeños y medianos ganaderos agradecen el respaldo, ya que con animales sanos logran vender mejor y cumplir con normas sanitarias. Las visitas incluyen capacitación en campo, donde se enseña a cuidar el ganado y proteger el páramo. Esta zona es clave, porque de ahí viene el agua que abastece a muchas comunidades. La salud animal también se conecta con el bienestar de las familias, porque si el ganado está bien, el ingreso mejora. Además, las buenas prácticas benefician al medio ambiente. Con planificación, apoyo técnico y trabajo conjunto, el campo de Tungurahua avanza hacia una producción más limpia y eficiente. Las jornadas se están desarrollando en varios cantones andinos, y cada vez más familias se suman. El prefecto Manuel Caizabanda asegura que la ganadería sana es parte del desarrollo rural. Los controles seguirán durante el año, con más visitas, más vacunas y más conocimiento. Cuidar a las vacas ya no es solo una tradición, ahora es parte de una estrategia para producir con calidad y responsabilidad. Y cuando la leche mejora, todos ganan.