Donald Trump dejó la cumbre del G7 y corrió a Washington para analizar si Estados Unidos se mete de lleno en el conflicto entre Israel e Irán. Reunió a su Consejo de Seguridad y según su portavoz, Karoline Leavitt, tomará una decisión en los próximos 15 días. Trump insiste en que Irán no puede tener armas nucleares y que su postura no ha cambiado desde hace años. Recordó que en 2011 y 2015 ya había advertido del peligro iraní. También dijo que un posible acuerdo con Teherán no puede incluir “ningún tipo de enriquecimiento de uranio”. Según sus asesores, Irán estaría a solo semanas de construir un arma nuclear. Mientras tanto, Irán respondió desde la ONU en Ginebra que su programa nuclear es “solo con fines pacíficos” y que no piensa detenerlo. Medios como CBS afirman que Trump ya dio luz verde para apoyar a Israel en bombardeos, pero aún no firma la orden final. Según el Wall Street Journal, el expresidente está esperando a ver si Irán se retracta. A pesar de eso, Trump se molestó y dijo en su red Truth Social que “no tienen idea de lo que estoy pensando”. La tensión aumenta en Medio Oriente y la decisión del presidente norteamericano podría escalar el conflicto. También hay reportes de contactos secretos entre EE.UU. e Irán, pero sin resultados públicos. Israel, por su parte, descartó cualquier intento de negociación con los iraníes. En juego está una posible nueva guerra con consecuencias globales. Todo depende ahora de la decisión que Trump tome en los próximos días.