Las muertes violentas en Santo Domingo de los Tsáchilas van en aumento y la situación tiene en alerta a todos. En lo que va del 2025 ya se registran 41 asesinatos, casi el doble de los 24 que hubo en el mismo periodo del 2024. La mayoría de los crímenes están ligados a ajustes de cuentas, sicariatos y ataques a plena luz del día. En marzo, tres personas murieron en un ataque dentro de un nightclub en la vía a Quevedo. Un mes después, en abril, sicarios mataron a tres miembros de una misma familia en su casa, en el kilómetro 9. Lo más reciente ocurrió la madrugada del 16 de junio: dos hombres fueron acribillados mientras iban en un carro. Las cámaras de seguridad captaron parte del ataque. También se han encontrado cuerpos con signos de tortura, amarrados y abandonados en zonas rurales. Uno de los casos más estremecedores fue el hallazgo de un hombre en el recinto Nuevo Israel, con evidentes signos de violencia extrema. Según el jefe policial Eduardo Ricaurte, se están haciendo operativos constantes en puntos críticos. La comunidad no se siente segura, y algunos vecinos afirman que ya ni quieren salir de noche. Especialistas en seguridad explican que Santo Domingo se ha vuelto una zona clave para bandas criminales. Estas mafias pelean por territorio y rutas para el tráfico de drogas. La violencia ya no solo ocurre en barrios peligrosos, ahora también hay ataques en el centro de la ciudad. La Fiscalía sigue abriendo expedientes y recogiendo pruebas balísticas en cada escena. Las autoridades reconocen que enfrentan una situación muy complicada. Por eso se ha intensificado la presencia policial, pero muchos dudan de su efectividad. Las familias de las víctimas piden justicia, mientras la cifra de muertos sigue creciendo. Las redes sociales se llenan de mensajes pidiendo paz y seguridad. Las calles de Santo Domingo están marcadas por el miedo, y no se sabe cuándo acabará esta ola sangrienta.