El príncipe Andrés podría enfrentarse a un debate en el Parlamento británico por su conducta y sus privilegios. Los demócratas liberales informaron que analizan la forma de plantear el tema en la Cámara de los Comunes, ya que el gobierno se negó a abrir espacio en la agenda. El partido busca usar un día de la oposición para llevar el asunto al pleno y pedir que Andrés y los herederos de la Corona declaren bajo juramento. El foco está en la falta de transparencia sobre los bienes y financiamiento de la familia real. En el centro de todo está Royal Lodge, la mansión de 30 habitaciones que Andrés ocupa en Windsor. Según medios británicos, el príncipe está negociando con representantes del rey su salida de la casa, pese a tener un contrato de arrendamiento que vence en 2078. Se reveló que en 2003 pagó un millón de libras para asegurar la propiedad y 7,5 millones para remodelarla. Desde entonces, paga un alquiler simbólico de “un grano de pimienta” al año. Crecen los pedidos para que se le quite oficialmente el título de duque de York, que él mismo dijo que ya no usará. Para los demócratas liberales, este caso no es un chisme de la realeza, sino un tema de rendición de cuentas pública. En Westminster hay inquietud por la opacidad en las finanzas reales y el uso de propiedades pagadas con fondos públicos. Las reglas del Parlamento limitan las críticas directas a la familia real, por lo que este debate sería algo inusual. La guía parlamentaria Erskine May prohíbe discutir la conducta del rey o de sus familiares sin una moción formal. Aun así, los liberales aseguran que insistirán hasta conseguirlo. Dicen que el país necesita estándares modernos de escrutinio público. Este nuevo golpe llega cuando Andrés intenta mantener un perfil bajo tras los escándalos por su amistad con Jeffrey Epstein. El duque, de 65 años, anunció la semana pasada que ya no usará sus títulos ni honores. El anuncio coincidió con la publicación póstuma del libro de Virginia Giuffre, la mujer que lo acusó de abuso sexual y que murió en abril. Aunque Andrés negó todas las acusaciones, su reputación sigue deteriorada. El Parlamento ahora evalúa hasta dónde puede llegar para exigir transparencia a la Casa Real.